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sábado, 2 de febrero de 2008

MITOS QUE ENCIERRA EL CARNAVAL DE ORURO

La mitología andina dejó en Oruro leyendas, ritos y tradiciones. La maldad de Huari que quiso castigar a los urus, la Virgen del Socavón que veló el cadáver de un conocido ladrón y las ofrendas que los mineros hacen al "Tío" para trabajar en las minas.

Desde que los habitantes de los alrededores de la mina Pie de Gallo observaron a la Virgen de la Candelaria velar el cadáver del Chiru Chiru, este socavón se convirtió en el centro de peregrinación del Carnaval de Oruro.

Él desenlace de esta historia, que data de la época de la Colonia, es uno de los mitos que encierra la fiesta del Carnaval de la capital del folklore, declarado Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad por la Unesco desde 2001.

La leyenda cuenta que el Chiru Chiru era un conocido ladrón que vivía en una de las cuevas de esta mina y tenía la costumbre de repartir sus botines entre los pobres. Éste, tras ser herido de muerte por un minero que lo sorprendió hurtándole su tesoro, fue auxiliado por una caritativa mujer que lo llevó a su morada, donde finalmente agonizó y murió.

Cuando los mineros, extrañados por la desaparición del Chiru Chiru, fueron a buscarlo a su refugio, descubrieron la imagen de la Virgen velando el cadáver del ladrón. Por eso el socavón es el lugar adonde los peregrinos van a rendir sus ofrendas.

Huari y la ñusta
Otro mito cuenta que Huari, un ruin Dios de la mitología andina, en su afán de castigar a los urus por haber llevado sus vidas hacia el bien, desencadenó su furia y atacó a la población. Por el sur les envió una gigantesca serpiente; por el norte, un sapo enorme; y por el este, una plaga de hambrientas hormigas y un monstruoso lagarto.
La Virgen del Socavón, al oír el clamor de los habitantes de esta región, apareció convertida en una ñusta y luchó hasta derrotar al temible Huari.

Así la malvada deidad huyó a lo más profundo de la tierra a buscar morada, en tanto que la serpiente, el sapo y lagarto fueron convertidos en piedra; y las hormigas, en arena.

La leyenda del "Tío"
Los historiadores sostienen que el "Tío" es el dios Huari, a quien los mineros que entraban en las vetas de la mina, por temor, desconfianza y zozobra, lo llamaron "Tío". De esta manera, se ganaron el beneplácito de esta divinidad y obtuvieron su recompensa con la entrega permanente de las riquezas terrenales.

Cuando no está satisfecho con sus "sobrinos", Huari manifiesta su enojo y ocasiona derrumbes dentro de las minas.

Para congraciarse con la Virgen, los trabajadores del metal, en el momento de entrar en las vetas, cumplen el siguiente ritual: uno de ellos dice "Ave María Purísima", y para su tranquilidad es respondido: "sin pecado concebida". Este saludo de invocación a la Virgen protege a estos hombres del misterioso "Tío" de las minas.