miércoles, 30 de septiembre de 2009
ARTE EN EL SALAR DE UYUNI
miércoles, 25 de febrero de 2009
Una moseñada ameniza el Carnaval en Carabuco
viernes, 26 de diciembre de 2008
QUIQUIBEY, EL PUEBLO ERIGIDO ENTRE RÍOS
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sábado, 17 de mayo de 2008
MAPIRI
Sus pobladores, en su mayoría, se dedican a la minería y al cultivo de frutas, ambos para su comercio. Allí las clases de colegio empiezan a las 07.30 y no hay horario de invierno porque ni el otoño ni el invierno se sienten. La temperatura oscila entre los 20 y 35 grados centígrados. Es un lugar cálido y tranquilo.
sábado, 15 de marzo de 2008
LOS DINOSAURIOS DEL CRETÁCICO SE RECREAN EN UN RINCÓN DE SUCRE
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En esa parte del recreo prehistórico hay un resbalín en forma de tiranosaurio y un pequeño mirador, desde ahí, a unos 300 metros de distancia, se observa la evidencia más clara de vida de estos animales. Se trata del farallón de Cal Orck'o, un yacimiento de 1,2 kilómetros que guarda más de 5 mil huellas de dinosaurios de 332 especies, que la convierte en una de las más extensas del mundo.
La guía explica la historia del Cal Orck'o, pero sus palabras son confundidas con los sonidos que a la distancia emiten estos colosos. "Los trabajadores de Fancesa descubrieron las huellas en 1994 y luego expertos llegaron para comprobar su autenicidad, desde allí comenzó el proyecto para crear este parque".
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Las huellas de un titanosaurio, cerca de la falla central, son las más fotografiadas del Cal Orck'o. De momento, el terreno está en conservación, por lo que su vista cercana se posibilita a través de cinco binoculares de que alquilan por dos bolivianos cada uno.
Ya más adentro, el clima es recreado hasta con la vegetación de la época: cicas, tulipaneros, magnolias fuscatas, entre otros, y la sensación de sentirse una miniatura en tierra de gigantes es real.Un par de lagunas artificiales exhiben a un ceratodus (pez del periodo cretácico), un baurusuchus (especie de cocodrilo) y otros reptiles marinos.
Conforme avanza la incursión, se aprecian saurios con apariencia de reptiles y nombres sugestivos como abelisaurios o iguanodontes. Pero la vista más impresionanate la representa el ejemplar de un titanosurio hembra de 36 metros de largo y 16 de alto con cola y cuello largos que hábito Sucre en el cretácico, y un tiranosaurio rex, depredador carnívoro de 12 metros de longitud, que trata de atrapar a un adrosauro.Esa acción se mezcla con la presencia de un anquilosaurio (semejante a un armadillo), un ceratopsio, una niolamia (con cierto parecido a una tortuga) y un carnotauro, carnivoro propio de nuestro continente. Alrededor de todos ellos hay altavoces que recrean los ruidos propios que emitían estos animales.
La época de mayor población y evolución de los dinosaurios es la era secundaria o mesozoica, que data de hace unos 228 millones de años hasta unos 68 millones. El cretácico, periodo del cual se hizo la representación de sus habitantes, oscila entre los 135 a 68 millones de años.
Este periodo es el último del reinado de estos reptiles, pues su extinción -presuntamente por el choque de un meteorito que produjo cambios climáticos en la tierra- originó la aparición de las primeras aves y mamíferos que viven en nuestro planeta.
Una de esas muestras yace de pie, cerca de la tienda de souvenir (recuerdos) del parque. Ahí, un velociraptor es la mezcla de un ave y un reptil: se mueve con dos patas, tiene cola, posee dientes y alas con plumas, pero no puede volar.A poca distancia, otra escena de acción: un mini titanosaurio es bacilado por una lagartija gigante que le roba sus huevos para llevárselo a una cueva.
Frente a la tienda hay un restaurante y el Museo Paleontológico del Parque Cretácico, integrado por paneles que suministran información de Bolivia y sus dinosaurios en el periodo cretácico, réplicas de huellas, maquetas de saurios a escala y una gran fotografía del farallón de Cal Orck'o.
Las huellas de la gran muralla fueron declaradas Monumento Nacional y la comuna de Sucre gestiona para que la Unesco la declare Patrimonio Natural de la Humanidad, con lo que el parque puede generar mayores recursos. Entretanto, diez bolivianos bastan para que un visitante pueda revivir la presencia física y sonora de estos gigantes que alguna vez dominaron nuestro mundo.