sábado, 15 de marzo de 2008

LOS DINOSAURIOS DEL CRETÁCICO SE RECREAN EN UN RINCÓN DE SUCRE

El Parque Cretácico de Sucre posee uno de los yacimientos de huellas de dinosaurios más grande del mundo. Las pisadas dobles de un titanosaurio, cerca de la falla geológica de la gran muralla, son las más fotografiadas por sus visitantes.

Como en los documentales de televisión. Temibles ruidos vivos se oyen a la distancia, algunos más cercanos que otros pero todos inquietantes por su fuerza y resonancia, mas los gigantes aún no pueden verse. Desde el recreo para niños, casi en el ingreso del Parque Cretácico, la única sensación de calma la otorga una mujer, quien indica que la visita al mundo de los dinosaurios ha comenzado.

En esa parte del recreo prehistórico hay un resbalín en forma de tiranosaurio y un pequeño mirador, desde ahí, a unos 300 metros de distancia, se observa la evidencia más clara de vida de estos animales. Se trata del farallón de Cal Orck'o, un yacimiento de 1,2 kilómetros que guarda más de 5 mil huellas de dinosaurios de 332 especies, que la convierte en una de las más extensas del mundo.

La guía explica la historia del Cal Orck'o, pero sus palabras son confundidas con los sonidos que a la distancia emiten estos colosos. "Los trabajadores de Fancesa descubrieron las huellas en 1994 y luego expertos llegaron para comprobar su autenicidad, desde allí comenzó el proyecto para crear este parque".
Tras su inauguración, en agosto de 2006, el Parque Cretácico de Sucre recibe a miles de personas que se congregan en sus 5.224 metros cuadrados para admirar una treintena de replicas de dinosaurios que se pasearon por nuestro continente hace 68 millones de años, cuando moría el cretácico y se iniciaba un nuevo periodo: el eoceno.

Las huellas de un titanosaurio, cerca de la falla central, son las más fotografiadas del Cal Orck'o. De momento, el terreno está en conservación, por lo que su vista cercana se posibilita a través de cinco binoculares de que alquilan por dos bolivianos cada uno.

Ya más adentro, el clima es recreado hasta con la vegetación de la época: cicas, tulipaneros, magnolias fuscatas, entre otros, y la sensación de sentirse una miniatura en tierra de gigantes es real.Un par de lagunas artificiales exhiben a un ceratodus (pez del periodo cretácico), un baurusuchus (especie de cocodrilo) y otros reptiles marinos.

Conforme avanza la incursión, se aprecian saurios con apariencia de reptiles y nombres sugestivos como abelisaurios o iguanodontes. Pero la vista más impresionanate la representa el ejemplar de un titanosurio hembra de 36 metros de largo y 16 de alto con cola y cuello largos que hábito Sucre en el cretácico, y un tiranosaurio rex, depredador carnívoro de 12 metros de longitud, que trata de atrapar a un adrosauro.Esa acción se mezcla con la presencia de un anquilosaurio (semejante a un armadillo), un ceratopsio, una niolamia (con cierto parecido a una tortuga) y un carnotauro, carnivoro propio de nuestro continente. Alrededor de todos ellos hay altavoces que recrean los ruidos propios que emitían estos animales.

La época de mayor población y evolución de los dinosaurios es la era secundaria o mesozoica, que data de hace unos 228 millones de años hasta unos 68 millones. El cretácico, periodo del cual se hizo la representación de sus habitantes, oscila entre los 135 a 68 millones de años.

Este periodo es el último del reinado de estos reptiles, pues su extinción -presuntamente por el choque de un meteorito que produjo cambios climáticos en la tierra- originó la aparición de las primeras aves y mamíferos que viven en nuestro planeta.

Una de esas muestras yace de pie, cerca de la tienda de souvenir (recuerdos) del parque. Ahí, un velociraptor es la mezcla de un ave y un reptil: se mueve con dos patas, tiene cola, posee dientes y alas con plumas, pero no puede volar.A poca distancia, otra escena de acción: un mini titanosaurio es bacilado por una lagartija gigante que le roba sus huevos para llevárselo a una cueva.

Frente a la tienda hay un restaurante y el Museo Paleontológico del Parque Cretácico, integrado por paneles que suministran información de Bolivia y sus dinosaurios en el periodo cretácico, réplicas de huellas, maquetas de saurios a escala y una gran fotografía del farallón de Cal Orck'o.

Las huellas de la gran muralla fueron declaradas Monumento Nacional y la comuna de Sucre gestiona para que la Unesco la declare Patrimonio Natural de la Humanidad, con lo que el parque puede generar mayores recursos. Entretanto, diez bolivianos bastan para que un visitante pueda revivir la presencia física y sonora de estos gigantes que alguna vez dominaron nuestro mundo.

2 comentarios:

Carolina dijo...

Holas!
Tuve la suerte de haber estado por Sucre y conocer éste parque, el cual es inmenso..realmente un destino turístico digno de ser visitado..por desgracia, muchos personas, incluso los mismos sucrenses no visitan y apoyan a este lugar lo que es lastimoso...junto a mi familia éramos los únicos boliviamos en el lugar, el resto turistas impresionados por tan increíble maravilla..
Un gran abrazo!

Wilfredo Jordán dijo...

Realmente el parque es ua "increíble maravilla" Carolina e imagínate, la muralla con las huellas fueron descubiertas por accidente, pero lo que más me impresionó fueron los sonidos de estos gigates que a la distacia pueden oírse. Y la verdad que algunos bolivianos sí aprecian lo que tenemos, pues durante mi visita, encontre a una familia de Tarija y otra de Cochabamba, pero más tarde comprobé que muchos chuquisaqueños aún no lo ha visitado, como dicen: "En casa de herrero, cuchillo de palo". Un beso a la distancia y estoy pendiente del post que publicarás sobre la cárcel de San Pedro. Chausito.