¿Cómo explicar la tendencia del discurso vertido por Rubén Costas tras su ratificación en el Referéndum Revocatorio de este 10 de agosto, en el que -entre otras cosas- habló de vivir sin la “coacción del fundamentalismo aymara” (refiriéndose a la política de Morales), de crear una policía paralela y una agencia tributaria propias?
Cuando el prefecto de Beni, Ernesto Suárez, terminaba su alocución contra el Presidente y sus “chequechávez”, de las puertas del Palacio Quemado salió un Evo conciliador, quien acogió la votación de las autoridades ratificadas y los convocó a un diálogo para trabajar por Bolivia.
Quiero entender las palabras de Costas basándome en el pensamiento de su élite, explicado por Ximena Soruco en Los Barones del Oriente. La burguesía cruceña nació como una burguesía comercial que creció a expensas del Estado boliviano con la exportación de materias primas (boom de la goma 1880-1914) y la importación de manufacturas. Ya desde 1952, gracias a la política agraria de 1953, el financiamiento de EEUU apoyado en el plan Boham, y la “muy generosa” dotación de tierras en el Gobierno de Hugo Banzer Suárez (17.947.495 hectáreas) y Jaime Paz Zamora (7.491.695 hectáreas), ésta se transformó en la élite agroindustrial que hoy conocemos*.
Sin embargo, su manera de pensar no ha cambiado y continúa siendo la de esa burguesía comercial que quiere preservar su modelo de acumulación basado en la extracción y exportación de materias primas, colaboración del Estado a través de créditos, subvención y mercado para sus productos (como sucede con la soya), preservación de la propiedad privada y sofocación de las revueltas sociales y de campesinos, como vino sucediendo con todos los Gobiernos hasta 2003**
Por la naturaleza de esta filosofía, la elite cruceña -de la que proviene Rubén Costas- no ha logrado crear un discurso nacional, sí un discurso regional (autonomía) que tiene aceptación y viene creciendo. Lo demuestran las cifras de la elección ratificatoria. En este camino esta el Comité Cívico Pro Santa Cruz y su Prefectura, así se explica el discurso retador de Costas cuando advierte que la “Constitución de MAS” no debe ser aprobada (porque atenta con el régimen que los privilegia), cuando habla de crear un organismo paralelo (porque la Policía obedece al gobierno de turno) y una agencia tributaria.
*En este periodo (1952-2003), la elite oriental tejió su influencia con el Estado a fin de mantener ese régimen. Su intención no es manejar el poder, sino negociar con el poder, por eso, en 1950 nace el Comité Cívico Por Santa Cruz, precisamente con este fin.
* Carlos Mesa (2003-2004) ya comienza a reducir la influencia de poder de los burgueses cruceños al poner en su gabinete de ministros a intelectuales cruceños y no ha su elite, como se acostumbraba.
Cuando el prefecto de Beni, Ernesto Suárez, terminaba su alocución contra el Presidente y sus “chequechávez”, de las puertas del Palacio Quemado salió un Evo conciliador, quien acogió la votación de las autoridades ratificadas y los convocó a un diálogo para trabajar por Bolivia.
Quiero entender las palabras de Costas basándome en el pensamiento de su élite, explicado por Ximena Soruco en Los Barones del Oriente. La burguesía cruceña nació como una burguesía comercial que creció a expensas del Estado boliviano con la exportación de materias primas (boom de la goma 1880-1914) y la importación de manufacturas. Ya desde 1952, gracias a la política agraria de 1953, el financiamiento de EEUU apoyado en el plan Boham, y la “muy generosa” dotación de tierras en el Gobierno de Hugo Banzer Suárez (17.947.495 hectáreas) y Jaime Paz Zamora (7.491.695 hectáreas), ésta se transformó en la élite agroindustrial que hoy conocemos*.
Sin embargo, su manera de pensar no ha cambiado y continúa siendo la de esa burguesía comercial que quiere preservar su modelo de acumulación basado en la extracción y exportación de materias primas, colaboración del Estado a través de créditos, subvención y mercado para sus productos (como sucede con la soya), preservación de la propiedad privada y sofocación de las revueltas sociales y de campesinos, como vino sucediendo con todos los Gobiernos hasta 2003**
Por la naturaleza de esta filosofía, la elite cruceña -de la que proviene Rubén Costas- no ha logrado crear un discurso nacional, sí un discurso regional (autonomía) que tiene aceptación y viene creciendo. Lo demuestran las cifras de la elección ratificatoria. En este camino esta el Comité Cívico Pro Santa Cruz y su Prefectura, así se explica el discurso retador de Costas cuando advierte que la “Constitución de MAS” no debe ser aprobada (porque atenta con el régimen que los privilegia), cuando habla de crear un organismo paralelo (porque la Policía obedece al gobierno de turno) y una agencia tributaria.
*En este periodo (1952-2003), la elite oriental tejió su influencia con el Estado a fin de mantener ese régimen. Su intención no es manejar el poder, sino negociar con el poder, por eso, en 1950 nace el Comité Cívico Por Santa Cruz, precisamente con este fin.
* Carlos Mesa (2003-2004) ya comienza a reducir la influencia de poder de los burgueses cruceños al poner en su gabinete de ministros a intelectuales cruceños y no ha su elite, como se acostumbraba.
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