Basta leer el
blog de Ramiro Serrano para darse cuenta de que es un hombre perfeccionista, los posts que publica dicen mucho y pueden ser utilizados como legajos en el campo de la comunicación. Y es que esa mezcolanza de defecto y virtud —como él lo reconoce— le ha permitido desarrollar una carrera exitosa en los medios, el teatro y la música.
Desde sus 12 años, cuando apareció por primera vez en televisión, Ramiro no ha parado y ha cumplido sus caprichos. Implementó cambios trascendentales en radio
Láser 98, fue coordinador nacional del
Grupo Fides, productor de programas de televisión como
El de la tele y
Esta boca es mía y desde 1995 brinda servicios de consultoría en medios de comunicación. En esta entrevista, este “boliviano soñador” habla de su vida, la política y justamente de lo que él sabe: de los medios.
—¿Cómo se define Ramiro Serrano, cuál es su historia de vida?
—Me defino como un boliviano soñador, caprichoso y triunfador. Nací en La Paz el 18 de septiembre de 1970. A los doce años comencé a aparecer en la televisión como integrante del Coro de la Academia de Música Honner y quedé cautivado por ese fascinante mundo de los medios de comunicación. Dos años más tarde (a mis catorce), ya estaba trabajando en Radio Fides. Desde entonces hasta la fecha siempre me he salido con la mía. Tuve la suerte de incursionar en la radio, el teatro, la televisión y la música; como cantante, compositor, escritor, locutor, guionista, animador, productor, director, periodista, comentarista, humorista, talento de doblaje, etcétera, etcétera.
—Y ahora, ¿en qué proyectos andas?
—Desde 1995 dirijo Promedios (Productora de Medios), mi propia empresa productora de programas y publicidad para radio y televisión. Estamos a punto de inaugurar nuestras nuevas oficinas y estudios de grabación en la zona de San Miguel (La Paz) y, paralelamente, continuamos brindando servicios de consultoría en comunicación. También tengo un proyecto de programa televisivo humorístico con el que pienso despedirme de las pantallas. De todas maneras, no tengo apuro por salir al aire con el show, así que esperaré a que las cosas tomen el rumbo más adecuado para hacer posible ese último capricho.
—¿Cómo descubriste tu habilidad para imitar voces?—Imitar es un don natural que todos tenemos. La diferencia es que algunos lo desarrollamos un poco más; pero, ¿quién no ha imitado alguna vez a sus hermanos o a sus padres? Me encantaba remedar a mis profesores, compañeros de curso, familiares, etcétera. Jamás pensé que ese talento iba a ser parte de mi profesión.
—¿Es cierto que debías doblar voces en Los Simpsons? ¿En qué quedó eso?
—La oportunidad se presentó hace algunos años, cuando Humberto Vélez era director de talento de la empresa de doblajes AUDIOMASTER 3000, perteneciente a Televisa. Con él sostuvimos algunas negociaciones preliminares para formar parte del elenco de doblaje de programas como: Los Simpson, Futurama y Padre de familia. Sin embargo, un requisito indispensable era cambiar de residencia (ir a vivir a México). Por entonces, mi hijo Daniel era muy pequeño y sentí que no debía apartarme de él, así que decidí quedarme a trabajar en mi país.
—¿Cómo haces para adueñarte de la voz de un personaje? ¿Tienes una metodología?
—Siempre he dicho que este talento se basa más en un buen oído que en un buen timbre de voz. Lo principal es captar el tono y las inflexiones de voz del personaje, así como las palabras y frases que le caracterizan. En base a ello se construye el personaje (aún mejor si tiene un acento especial).
—¿Qué persona y/o personajes influyeron en tu vida?
—¡Uy!... Tendríamos que extender demasiado esta entrevista porque, aunque no lo creas, muchísima gente ha influenciado mi vida. Me gusta mucho aprender de los demás; pero, si tuviera que mencionar a alguien, sobre todo espiritualmente, diría que mi abuela, Sara Orías de Delgado.
—¿Qué evaluación puedes hacer de la programación de la televisión nacional?
—La televisión nacional está en crisis. Lo más preocupante es que se trata de una “crisis de talentos”. Hay muy pocas cosas realmente originales, algunos canales sólo producen noticieros sensacionalistas e importan algunas series, otros han optado por contratar a conductores baratos e inexpertos que “juegan a hacer tele”, en fin. La televisión nacional se ha estancado. El crecimiento tecnológico se ha detenido, las escenografías dejan mucho que desear (son tan malas como hace 20 años), los contenidos son recurrentes y la falta de preparación de productores y presentadores es evidente. Más aún cuando ves la oferta del cable y la comparas con los canales nacionales. Es como querer equiparar “El Entertainment Television” con el insignificante y decadente “TVO”.
—¿Y de la radio?
—La radio presenta problemas que a estas alturas debía haberse solucionado hace tiempo: seguimos con los “disc jockeys” de poca monta que creen que hacer radio es la mejor manera de conseguir chicas, continúan las radios “pasa-discos”, sin más contenido que la música (para eso prefiero un buen CD con 300 de mis canciones favoritas en Mp3). Otras emisoras, como siempre, son utilizadas como “trampolín político”; pero la gran mayoría carece de una propuesta de programación original. Parece que han optado por lo fácil, prácticamente hacen radio con los brazos cruzados, sin el mínimo esfuerzo de producción, sin nuevos programas participativos o de ficción… La radio no está aportando nada y, para colmo, hemos retrocedido, desperdiciando los grandes avances logrados durante los 80 y hasta mediados de los 90.
—Algunas propuestas para mejorarlas… es decir, ¿cómo debe ser la radio de hoy, y en qué debe cambiar la televisión actual?
—Propuestas pueden surgir en cantidades. Lo importante será que exista la voluntad de cambiar y progresar. A veces es frustrante porque son los propios dueños de los canales y las radios los que se niegan a asumir los desafíos, conformándose con recibir pocas utilidades sin la necesidad de “fatigarse” demasiado. Durante los últimos años estuve prestando servicios de asesoría de programación para varias estaciones de La Paz y el interior del País. Debe analizarse caso por caso y, seguramente, con la voluntad, el trabajo y el talento de todos, se puede llegar muy lejos.
—Sabemos que trabajaste en el Grupo Fides ¿Qué opinión te merece el padre Eduardo Pérez?
—El
Padre Eduardo Pérez Iribarne fue para mí un gran maestro. De él aprendí muchas cosas que no te las enseñan en un aula, cosas que se aprenden “en la cancha”. Es un gran administrador, fue un gran líder de opinión en su momento y aún demuestra pasión por su trabajo, que es algo que nadie debe perder.
—¿Alguna vez se enojó contigo?
—Tuvimos “encontrones” varias veces. Yo también me enojé con él, pero ésa es una parte interesante de este mundo: las diferencias deben llevarte al diálogo y, a su vez, el diálogo debe servir para fortalecer la amistad y mejorar los resultados en favor de la audiencia. Con Pérez nunca tuvimos diferencias irreconciliables.
—Vayamos a 1991 ¿En qué consistieron los cambios que implementaron tú y Andrés Rojas en Láser 98 para renovar la programación de esa emisora a fin de volverla auto sostenible y una de las primeras en el rating?
—En 1991 nos habían entregado una radio sin pies ni cabeza. La programación era un desastre, cada locutor tiraba para su propio lado y, en general, nuestra misión consistió en “organizar el caos”: preparamos al personal durante varios meses, diseñamos la línea de programación musical de la emisora, abrimos espacios de participación y opinión para la audiencia, inyectamos un estilo informal, irreverente; pero organizado y sistemático, y nos atrevimos a decir lo que la gente joven quería decir, convirtiéndonos en una especie de portavoces de esa generación. También fue importante el impulso a los nuevos talentos nacionales. De ahí salieron, por ejemplo: Coda-3 (hoy Octavia), Lou-kass, etc. Finalmente, complementamos todo con espacios informativos breves pero muy pluralistas y profesionales.
—¿Qué opinas de los blogs?
—Son un nuevo medio de comunicación que surge como alternativa, en un momento en el que los medios convencionales no son capaces de garantizar plenamente la libertad de expresión. En los blogs decimos lo que queremos y logramos una retroalimentación importante que nos permite el contacto directo con el receptor.
—Puesto que éstos tienen una variedad de usos, ¿cómo debería utilizarlo un comunicador social?
—Los blogs deben ser utilizados responsablemente para evitar caer en el caos de la desinformación y la manipulación. Igualmente, el lector debe ser capaz de discernir para saber qué tipo de información es adecuada y cuál es simplemente basura.
—Cambiando de tema ¿Tuviste alguna inclinación política en algún momento de tu vida?
—Todos tenemos tendencias políticas en el plano personal, pero en el ejercicio de una profesión como ésta, debemos mantener el compromiso ético que garantice un tratamiento justo de los contenidos. La manipulación, la propaganda y los mensajes ocultos nunca llevan a nada bueno y sólo logras manchar tu carrera. Como figura pública siempre intenté mantenerme al margen de toda identificación partidaria. Por supuesto, eso tampoco significa que mantenga un rol “pasivo” frente a las injusticias, la corrupción y otros temas que deben ser denunciados… La Ley es para todos.
—¿Cómo ves al presidente Evo Morales?
—Respeto mucho su envestidura y, por supuesto, su trayectoria personal y política. Apoyo las reformas que él ha emprendido para mejorar la calidad de vida de los bolivianos y, si bien ha cometido muchos errores, me parece que merece el tiempo y el espacio suficientes que le permitan desarrollar su labor con una oposición moderada y responsable. Creo que Evo es una persona de buen corazón. Sólo espero que tenga la sabiduría para saber elegir a los miembros de su entorno. La historia nos ha enseñado que las buenas intenciones se rodean de oportunistas que, a la larga, pueden hacer que los frutos terminen pudriéndose.
—Para terminar. Desde tu perspectiva, en Bolivia, un país con tanta diversidad, ¿cómo se puede hacer para que existamos en una convivencia armónica?
—La respuesta es, en realidad, muy sencilla: todos debemos anteponer el bien común. Lo que sea bueno para todos será bueno para cada boliviano y, lógicamente, todos nos beneficiaremos personalmente. Cuando hagamos que, en todo aspecto, “cuando llueva, moje a todos”, habremos logrado la armonía.
—La última ¿Qué significa La Paz para ti?
—La Paz es un hermoso lugar perteneciente al más hermoso país del mundo. Los bolivianos somos gente buena y trabajadora. Ésta es mi ciudad, la ciudad por la que seguiré trabajando para demostrar que aquello del “tercer mundo” es un “cliché” anticuado, obsoleto. La paz, también, es lo que quiero para mis compatriotas.
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