Es como entrar en un mundo irreal, donde lo peor es trajinar en la calle esperando el amanecer en el frío de la eterna noche, a veces bajo la lluvia; calentarse en los basurales junto con los perros y bajo las amenazas de los policías; comer los desperdicios de las comidas mezcladas con colillas de cigarrillos y servilletas; dormir sólo unas horas, antes de recibir un balde de agua fría…
Pero es un mundo real, aquel que Víctor Hugo Viscarra (1958-2006) vivió durante 30 años y describe en sus memorias: Borracho estaba, pero me acuerdo, editado por Correveidile en 2002. Un testimonio enternecedor que palpa la marginalidad de una sociedad que muchas veces parecemos ignorar y que –como dice Víctor Hugo– “espera que el tiempo sea benevolente para quienes hemos vivido insertos en él”.
FRAGMENTO:
“Una noche –le contaba– estaba por la zona de Munaypata. Como sabía que no tenía dónde ir a descansar, empecé a caminar; pasé por Villa Victoria,
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Victor Hugo Viscarra, encuentros y desencuentros. En este artículo, Álex Ayala recuerda los tres encuentros que tuvo con Víctor Hugo Viscarra antes de su muerte.
2 comentarios:
una frase que me recuerdo de un docente es "yo te estimo pero tu no me comprendes", en alusión y sarcasmo de las personas en estado de ebriedad...
Pero la verdad que ese tipo de crónicas hacen mucha falta...
Saludos
LA verdad es que hacen mucha falta Alberto, porque es un mudo real que se vive a diario y es el presente, quizá esto pueda ayudarnos a tomar conciencia de una realidad que muchas veces preferimos ignorar. Además, la forma en que lo realda Victur Hugo... te le recomiendo.
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