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La frase “es imposible jugar en la altura”, que esgrimiera Lionel Mesi con referencia a la altura de La Paz (3600 metros sobre el nivel del mar), fue titular de muchos diarios argentinos. Aunque “eso no puede ser una excusa por la derrota", añadiría el futbolista antes de volver a España.
En la percepción de la ciudadanía, algunas reacciones apuntan a:-Pedir que la selección sea la prioridad número uno, con un calendario internacional competitivo que en partidos amistosos se enfrente con las mejores selecciones del mundo.
-Maradona no es un táctico ni estratega, pues no sabe cosas básicas de dirección técnica.
-Bolivia le hizo un monólogo a Argentina, una argentina inconexa en todas sus líneas.
-Atribuirle a la altura y al cansancio, el bajo rendimiento del equipo.-Pedir el retorno de Juan Román Riquelme.
En la misma línea, los diarios argentinos publican varios análisis y opiniones sobre el partido y lo que se debería hacer, la dificultad de jugar en la altura de La Paz y lo histórico del resultado, pues Argentina no había perdido por 6 a 1 desde 1958, cuando cayó por el mismo resultado con Checoslovaquia, en el Mundial de Suecia 58.

Martín Castilla, enviado especial del diario La Nación a La Paz, incluso, apunta a Diego Maradona como el primer responsable de la “hecatombe en La Paz”, por las siguientes razones:
-En su afán de ser coherente con su discurso político, minimizó el efecto de la altura; de hecho, la subestimó.
-No pensó una estrategia de juego para las condiciones que imponen 3600 metros. Su equipo, muy largo, nunca tuvo la pelota y nunca pateó al arco.
-No buscó alternativas: armó un banco sin variantes para medio campistas de contención y defensores, zona en la que descollaron los rivales cuando los argentinos se extenuaron.
-No contó en su cuerpo técnico con nadie que lo ayudara con las variantes o con quien discutirlas. Esto se advirtió en su postura al borde del campo y en las declaraciones.
Con todo, los argentinos coinciden en que Bolivia jugó mejor que su selección y que se llevó una victoria merecida.