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“Somos concientes de que esta publicación no será bien recibida por los actuales círculos de poder”, advierte en el prólogo de este libro Alcides Vadillo, director de la Fundación Tierra en Santa Cruz. Y es que en Los barones del Oriente, publicado en marzo de este año y disponible en versión digital en http://www.ftierra.org/, Ximena Soruco revela la conformación del poder cruceño a través de la historia, explica su discurso actual, su mecanismo de acción y nos muestra su horizonte de realización bajo la actual coyuntura.
Así, Soruco sostiene que el pensamiento de la élite cruceña, desde su nacimiento con el boom de la goma (1880), no se ha renovado y mantiene una lógica extractivista de materias primas (soya) y de subordinación al mercado internacional, incluso, a costa de la pobreza, tal como sucedió con la lógica de Los Barones del Estaño a principios del siglo XX, la diferencia con los últimos radica en que ésta nunca se hizo Estado, más bien supo negociar clientelarmente con él para consolidarse y recibir concesiones de crédito, tierras y “poder”.
“Hoy –indica Soruco- (la elite cruceña) siente perdida la posibilidad de hegemonía nacional (desde su derrota el 2005), y apuesta al control regional, a un Estado dentro (o fuera) del Estado-nación boliviano, ése es el carácter del Estatuto Autonómico de Santa Cruz”
En muchos pasajes, valiéndose de datos, la obra cuestiona el discurso que maneja esta burguesía. Por ejemplo, al decir que no recibieron favores del Estado, cuando en realidad fue el Estado, después de 1952, el que impulsó la creación de una élite agroindustrial en el oriente. Más tarde los gobiernos de Hugo Banzer (1971 1978) y de Jaime Paz Zamora (1989 1993) otorgarían enormes extensiones de tierras a los burgueses cruceños, 225.751 y 7.491.695 hectáreas, respectivamente.
El libro también analiza los rasgos del discurso autonomista de Santa Cruz a partir de dos ejes que plantea Wilfredo Plata: la construcción de una historia regional particular y el desarrollo de un proyecto político propio. Por su parte, Gustavo Medeiros describe las condiciones internacionales y el desarrollo de la producción soyera de la región. El autor evidencia, por ejemplo, la posibilidad de perder el mercado colombiano, adonde Bolivia exporta el 90 por ciento del “grano de oro”, merced a la firma del Tratado de Libre Comercio entre EEUU y ese país.
FRAGMENTO:
“Otros inmigrantes que llegan a Santa Cruz en la primera mitad del siglo XX son los de Europa oriental. El caso de Mateo Kuljis, descrito por Parada y Cabrera (1998), es interesante de mencionar por la diversificación de sus inversiones, pero sobre todo, porque su vida traza el camino “clásico” de ascenso social en el grupo de poder cruceño, clubes y fraternidades por una parte, las cooperativas de electricidad y teléfono y las cámaras de empresarios, por otra. Mateo Kuljis llega a Bolivia en 1938 y trabaja como vendedor de zapatos en Manaco, empresa del checo José Komarek, y para 1945 abre la primera sucursal de Manaco en Santa Cruz y se convierte en proveedor de cueros a Manaco, con el alemán Carlos Füchtner. A los pocos años de su llegada a Santa Cruz, ya es recibido como miembro del Club Social y socio de la Cámara de Industria y Comercio, y como parte de su directorio desde 1946” Pag 27-28
Ver más:
Descargar el libro (en pdf)
Pídeme el libro por correo. Escríbeme a wilofm@gmail.com y te enviaré una copia digital
Fundación Tierra
Actualización, 26 de agosto de 2011.- Por encargo de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para América Latina, la Fundación TIERRA realizó un trabajo sobre la concentración y extranjerización de las tierras en Bolivia en los últimos años. En el siguiente link pueden descargar la investigación:
Concentración y extranjerización de tierra en Bolivia
Y aquí una entravista a Miguel Urioste, autor del trabajo.
Así, Soruco sostiene que el pensamiento de la élite cruceña, desde su nacimiento con el boom de la goma (1880), no se ha renovado y mantiene una lógica extractivista de materias primas (soya) y de subordinación al mercado internacional, incluso, a costa de la pobreza, tal como sucedió con la lógica de Los Barones del Estaño a principios del siglo XX, la diferencia con los últimos radica en que ésta nunca se hizo Estado, más bien supo negociar clientelarmente con él para consolidarse y recibir concesiones de crédito, tierras y “poder”.
“Hoy –indica Soruco- (la elite cruceña) siente perdida la posibilidad de hegemonía nacional (desde su derrota el 2005), y apuesta al control regional, a un Estado dentro (o fuera) del Estado-nación boliviano, ése es el carácter del Estatuto Autonómico de Santa Cruz”
En muchos pasajes, valiéndose de datos, la obra cuestiona el discurso que maneja esta burguesía. Por ejemplo, al decir que no recibieron favores del Estado, cuando en realidad fue el Estado, después de 1952, el que impulsó la creación de una élite agroindustrial en el oriente. Más tarde los gobiernos de Hugo Banzer (1971 1978) y de Jaime Paz Zamora (1989 1993) otorgarían enormes extensiones de tierras a los burgueses cruceños, 225.751 y 7.491.695 hectáreas, respectivamente.
El libro también analiza los rasgos del discurso autonomista de Santa Cruz a partir de dos ejes que plantea Wilfredo Plata: la construcción de una historia regional particular y el desarrollo de un proyecto político propio. Por su parte, Gustavo Medeiros describe las condiciones internacionales y el desarrollo de la producción soyera de la región. El autor evidencia, por ejemplo, la posibilidad de perder el mercado colombiano, adonde Bolivia exporta el 90 por ciento del “grano de oro”, merced a la firma del Tratado de Libre Comercio entre EEUU y ese país.
FRAGMENTO:
“Otros inmigrantes que llegan a Santa Cruz en la primera mitad del siglo XX son los de Europa oriental. El caso de Mateo Kuljis, descrito por Parada y Cabrera (1998), es interesante de mencionar por la diversificación de sus inversiones, pero sobre todo, porque su vida traza el camino “clásico” de ascenso social en el grupo de poder cruceño, clubes y fraternidades por una parte, las cooperativas de electricidad y teléfono y las cámaras de empresarios, por otra. Mateo Kuljis llega a Bolivia en 1938 y trabaja como vendedor de zapatos en Manaco, empresa del checo José Komarek, y para 1945 abre la primera sucursal de Manaco en Santa Cruz y se convierte en proveedor de cueros a Manaco, con el alemán Carlos Füchtner. A los pocos años de su llegada a Santa Cruz, ya es recibido como miembro del Club Social y socio de la Cámara de Industria y Comercio, y como parte de su directorio desde 1946” Pag 27-28
Ver más:
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Fundación Tierra
Actualización, 26 de agosto de 2011.- Por encargo de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para América Latina, la Fundación TIERRA realizó un trabajo sobre la concentración y extranjerización de las tierras en Bolivia en los últimos años. En el siguiente link pueden descargar la investigación:
Concentración y extranjerización de tierra en Bolivia
Y aquí una entravista a Miguel Urioste, autor del trabajo.